Estoy aprendiendo lo que es un lenguaje.
Es más que símbolos y gramática; es un sabor, una colección de sentidos que no terminan al final de una oración. El lenguaje esta en los saludos cuando se besa la mejilla, está en la sabiduría de la manera en que cambian los tiempos, las sensaciones de cada una, que ahora el sol no sale hasta los nueve y el cielo se queda rosa y anaranjado hasta los diez, colores como los duraznos ricos, duraznos bellos, duraznos del verano chileno. El lenguaje está en el aire, llena el aire, y conocer y saber un lenguaje es respirar este aire, dejándolo en los pulmones, entre y fuera del cuerpo, entre y fuera. Cada interacción, cada cara, cada manera de ser humano y de vivir, es el lenguaje. Es un paisaje física y de emoción, de política, de cultura, del propio aire que todos en este barrio Ñuñoa respiran.
Que fascinante es vivir en un nuevo país, no para ser turista, sino para vivir y hacer casa. Hoy aprendi donde debo comprar pan cuando me envía mi mama. Aprendí los tiempos buenos y malos para andar bajo el sol. Aprendí unos “chilenismos” como “vacan” (cool) y “pololo” (boyfriend).
Aquí en el parque puedo ver el contorno borroso de una montaña pálida. Oigo los ritmos que hacen los pájaros, las guaguas, y los perritos. Aprendiendo ritmos, aprendiendo sabores, aprendiendo un lenguaje distintamente chileno.
(día uno de chilenizarme - 23 de enero, 2013)
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I am learning what a language is.
It is more than symbols and grammar; it is a taste, a collection of meanings that don’t finish at the end of a sentence. Language is in the greetings when the cheek is kissed, it’s in the knowledge of the way the seasons change, the sensations of each one, that right now the sun doesn’t leave until nine and the sky remains red and orange until ten, like the colors of the delicious peaches, beautiful peaches, Chilean summer peaches. Language is in the air, it fills the air, and to know a language is to breathe this air, letting it into your lungs, inside and outside of your body, inside and outside. Every interaction, every face, every way of being human and of living, is language. It is a physical landscape and one of emotion, of politics, of culture, of our own air that everyone in this neighborhood, Ñuñoa, breathes.
How fascinating it is to live in a new country, not to be a tourist, but to live and create a home. Today I learned where to buy bread when my mother sends me. I learned the good and the bad times to walk under the sun. I learned some “chilenismos” like “vacan” (cool) and “pololo” (boyfriend).
Here in the park I can see the blurry outline of a pale mountain. I hear the rhythms of the birds, the babies, the little dogs. Learning rhythms, learning flavors, learning a language that is distinctly Chilean.
(day one of chilenizing myself - january 23, 2013)
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